martes, 1 de abril de 2008

HISTORIA DEL GÉNERO MUSICAL

El musical es el más americano de los géneros cinematográficos, películas que intercalan fragmentos musicales donde los actores cantan y bailan mientras la historia avanza a golpe de coreografía, a la vez que demuestran esa faceta de la vida es espectáculo tan arraigada en los Estados Unidos. Con la irrupción del cine sonoro y el avance de las técnicas de filmación y grabación de sonido, pudo ser posible el nacimiento de un nuevo género, el musical. En 1927 se estrenó la primera película parcialmente sonora, un musical, El Cantor de Jazz de Alan Crossland. El éxito fue rotundo y el público quedó conmocionado con la nueva técnica y con el nuevo género. A partir de entonces los grandes musicales de Broadway se podrían disfrutar en cualquier cine de América, y del mundo.

Evolución del cine musical

A lo largo de las décadas, el género musical fue evolucionando y madurando. Desde los años 30 y hasta finales de los 70 osciló continuamente en función de las características económicas y sociales norteamericanas. En esta breve evolución queremos hacer un acercamiento a la historia del género en el que a continuación nos introducimos.

Época Dorada

En 1929 Melodías de Broadway de Harry Beaumont ganaba el Oscar a la Mejor Película, un bautizo de oro con el que Hollywood y la industria abrían sus puertas de par en par a las nuevas películas musicales. En los años 30 el musical se codeaba con el otro gran género de la época, el Cine Negro. Cabe destacar títulos como La Calle 42 (1933) dirigida por Lloyd Bacon o The Go Setter (1937) de Busby Berkeley, uno de los padres del cine musical.

Con la irrupción de Fred Astaire y Ginger Rogers, de la productora RKO, el género alcanzó sus cotas más altas, títulos como Sombrero de Copa (1935) o En Alas de la Danza (1936) son clásicos indiscutibles. En los años 40 apareció otra de las grandes figuras, Gene Kelly. Un nombre estrechamente ligado a este género, en el que dejó una huella imborrable. En sus facetas de actor, bailarín, coreógrafo, productor y director revolucionó el género para siempre. Junto a Stanley Donen nos regaló películas como la inolvidable Un día en Nueva York (1949).

Los 50 contemplaron películas como El Rock de la Cárcel (1957) o El Barrio contra Mí (1958), protagonizadas por Elvis Presley, Alta Sociedad (1956), con Frank Sinatra, Bing Crosby y Grace Kelly, y la inolvidable Cantando Bajo la Lluvia (1952) de nuevo con Gene Kelly, posiblemente el musical más famoso de la historia. Vincente Minelli también se acercó al musical con títulos como Un Americano en París (1951), Melodías de Broadway (1953) y Brigadoon (1954).

La Decadencia de los Musicales


El género comenzó su declive en los años sesenta, a pesar de grandes títulos como West Side Story (1961), My Fair Lady (1964), Sonrisas y Lágrimas (1965) o Hello, Dolly! (1969). Lujosas producciones que no consiguieron mantener el filón de un género que ya no gozaba del respaldo del público. Durante los 70 y 80 el género se convirtió en poco más que marginal, y los musicales pasaron a ser considerados arriesgados y completamente gafes para la industria. Solo las películas de Bob Fosse, Cabaret (1972) y Empieza el Espectáculo (1979), pusieron una nota de calidad en los 70. The Rocky Horror Picture Show añadió un toque de extravagancia en 1975. Alan Parker dirigió durante las décadas de los 80 y 90 algunos títulos interesantes, Fama (1980), Los Commitments (1991) y Evita (1996).

Los recientes éxitos de Moulin Rouge (2001), Chicago (2002) o El Fantasma de la Ópera (2004) han revitalizado un género que llevaba muchos años fuera de los despachos de los grandes estudios.


La presencia femenina


Ellas, protagonistas absolutas del género. Vestuario vaporoso y sofisticado o bañadores glamourosos, en función de la época, triunfaron dejando a los espectadores extasiados.

Su belleza, sus dotes artísticos, su destreza en el baile,... grandes divas irrepetibles adoradas por la cámara.
Se asegura que el mundo del cine de la época era misógino. La mujer era un mero objeto de deseo. El cine clásico dejaba toda la inteligencia y todas las decisiones para el sexo masculino.

Sin embargo, y pese a esa losa que las perseguirá por siempre, brillaron.








Ginger Rogers


Virginia Katherine McMath nació el 16 de julio de 1911 en Independence (Missouri) y desde pequeña su madre le animó hacia el mundo del espectáculo. Siendo todavía una niña rodó un spot publicitario y con 14 años inicia su preparación como cantante y bailarina.

Dos años después ya se subía al escenario para representar musicales, llegando a triunfar en Broadway con un musical de Gershwin. Hacia 1930 filma su primera película de cine pero será de la mano de Fred Astaire y sus famosos coreografías de claqué con quienes llegará al clímax de su carrera cinematográfica.












Audrey Hepburn


Audrey Hepburn nació un 4 de mayo de 1929 en la ciudad Belga de Bruselas, descendiente de una familia de la aristocracia de Holanda, los Van Haemstra. Su abuelo era un barón muy próximo a la Corte. Su padre fue un banquero llamado Joseph Víctor Henry Ruston y su madre una aristócrata de origen holandés. Su nombre, con el que fue bautizada, era Edda kathleen Van Heemstra Hepburn – Ruston.

Antes de los 10 años vivió en Holanda hasta que sus padres se separaron en 1939 y se fueron a vivir a Londres. Allí comenzó a estudiar danza y arte dramático en la Marie Rambert School. En esos años la vida se hacía muy difícil por la segunda guerra mundial que se aproximaba, y viajó a Holanda y después a Inglaterra, donde empezó a incursionar como una pequeña modelo.

En 1952 el director William Wyler le ofreció protagonizar una comedia muy buena, Vacaciones en Roma. A partir de ahí su vida cambió: había nacido una nueva estrella del cine. Obtuvo su primer premio, el Oscar a la mejor actriz. Luego hace su primer éxito protagónico en La princesa que quería vivir, de 1953, que supo cointerpretar con Gregory Peck, ambos dirigidos por William Wyler.

A partir de ese maravilloso período comienza a filmar sin parar y a extender su larga trayectoria con varias películas imposibles de olvidar como Desayuno con diamantes (1961) o Sola en la oscuridad (1967), incursionando en un papel más dramático en Historia de una monja (1959), y volviendo a la comedia en Sabrina (1954). Estas cuatro películas estuvieron nominadas al Oscar como mejor actriz. A fines del 50, exactamente en 1958, obtuvo el premio a mejor actriz en el festival de San Sebastián y el Bafta Británico en la misma categoría por Historia de una monja, y más tarde repite este galardón con la película Charada (1963). En 1964, hace sus pinitos con el género musical e interpreta a My fair lady.

Se retira del cine para ocuparse de su dos hijos durante algunos años, regresando con la historia final de Robin Hood, en Robin y Marian (1976), un film dirigido por Richard Lester.













Julie Andrews


De nombre real Julia Elisabeth Wells, Julie Andrews nació en Walton-on-Thames, en el condado de Surrey, del matrimonio entre un actor y una pianista. Ya desde muy joven, la pequeña Julie dio muestra de su talento y de una gran voz, por lo que sus padres hicieron que recibiera clases de canto para que desarrollara sus habilidades vocales. Sus primeras actuaciones tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial, entreteniendo a las tropas británicas por todo el Reino Unido junto a la también joven artista Petula Clark. Su primera interpretación en el teatro fue en el Teatro West End de Londres, en el año 1947. Su debut en Estados Unidos se produjo en 1954, en la producción de Broadway "The Boy friend".

En 1956, los compositores Frederick Loewe y Alan Jay Lerner contratan a Andrews para que protagonice junto a Rex Harrison la versión teatral de la obra de George Bernard Shaw Pygmalion, a la que llamaron 'My fair lady. Esta obra fue un éxito tanto de taquilla como de público, y años después fue llevada al cine, esta vez protagonizada por Audrey Hepburn.

En 1961, los mismo productores vuelven a contratar a Julie Andrews para que protagonice su nueva obra teatral. Esta vez se trata de una adaptación de la leyenda del Rey Arturo, a la que llaman Camelot. La representación vuelve a ser un éxito y empieza a dar fama a la actriz dentro del mundo artístico.

Después de perder el papel en My fair lady, Julie Andrews consigue el papel protagonista en una de las películas que con el tiempo se convertirá en un clásico de la Disney: Mary Poppins. Por su papel en esta película, en la que interpreta a una niñera muy especial que tiene que educar a los dos hijos de un matrimonio londinense, la actriz ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical, el Oscar a la mejor actriz y junto a los otros protagonistas de la película, el Grammy al mejor album para niños en 1965.

Al año siguiente, la actriz volvió a ser candidata al Oscar a la mejor actriz, esta vez por su interpretación de una novicia convertida en institutriz en la película The Sound of Music (conocida en América Latina como "La novicia rebelde" y en España como "Sonrisas y lágrimas"). Ese año el premio se los llevó Julie Christie por su papel en Darling. Pero esta película fue la que la elevó al estrellato dentro de Hollywood. Muestra de ello es que en los dos años siguientes protagonizó Hawaii, junto a Max von Sydow y la película de Alfred Hitchcock Cortina rasgada, junto a Paul Newman.

A partir de ese momento, y después de protagonizar Star! y Darling Lili, comienza un pequeño declive en la carrera cinematográfica de Andrews, a pesar de que todavía aparece an algunas películas dirigidas por su segundo marido, Blake Edwards, como 10, la mujer perfecta, S.O.B., Sois honrados bandidos o ¿Víctor o Victoria?. Es por eso que durante los años 80 y 90, apenas aparezca en películas.

En el año 2000, recibió el título de Dama del Imperio Británico de manos de la reina Isabel II de Inglaterra. Además, posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, concretamente en el 6901 de Hollywood Blvd.

En 2004, presta su voz para el personaje de la Reina Lillian en la película Shrek 2, secuela del gran éxito comercial en 2001.














Judy Garland


Frances Ethel Gumm, que era su verdadero nombre de pila, procede de una familia de cantantes. La profesión de sus padres es uno de los alicientes que le llevaría al mundo del espectáculo. Junto con sus padres y hermanas recorrió Estados Unidos de escenario en escenario. Cuando sus hermanas se casaron, Frances Ethel quiso proseguir en este mundo y con 13 años apareció en Hollywood. Por aquel entonces proliferaban estrellas infantiles como Shirley Temple, por lo que no le costó trabajo conseguir un contrato. Su voz dejó impresionados a los productores.

En 1939 interpreta el papel protagonista de El mago de Oz. Su actuación le valió un Oscar. Desde entonces continuó trabajando en el celuloide y realizando películas juveniles.

Pero el sistema hollywoodiense para mantener a Judy Garland con el aspecto eterno de una niña acabó sumiendo a la actriz en enfermedades y depresiones que casi la llevan al suicidio. Presionada por todo el mundo se hizo adicta a los calmantes. Esta costumbre la siguió manteniendo hasta el resto de sus días. A lo largo de su trayectoria profesional ha intervenido en películas como Los hijos de la farándula, Vencedores o vencidos o Ha nacido una estrella.














Esther Williams


Campeona de natación en la adolescencia, Esther Williams hizo de este deporte acuático el trampolín de una exitosa carrera en el cine de los cuarenta. Fue a la universidad en Los Ángeles, y debutó en Andy Hardy's Double Life (1942), en el papel de una encantadora universitaria de la que se enamoraba el protagonista de la serie de películas de Andy Hardy. Dos años más tarde, Escuela de sirenas (1944) inaguró una serie de populares musicales acuáticos, concebidos para dar brillo a su figura y a sus destrezas artísticas dentro del agua, entre los que figuran Juego de pasiones (1945), This Time for Keeps (1947) y La hija de Neptuno (1949).

Reconocida también por sus dotes cómicas, la actriz hizo gala de ellas en varias de sus películas, y apareció en los cuarenta en comedias musicales como Ziegfeld Follies (1946). Su popularidad como "sirena" de la pantalla se prolongó hasta entrados los cincuenta. Sin embargo, sus esfuerzos por proyectarse en esta década como actriz dramática suscitaron poco entusiasmo entre el público y la crítica, y, a comienzos de los sesenta, se retiró de las películas.
En 1967, contrajo matrimonio con el actor Fernando Lamas.














Liza Minelli


Hija del director Vincente Minnelli y de la legendaria Judy Garland, la cantante y actriz Liza Minnelli se ha consagrado en las últimas tres décadas entre las figuras más carismáticas del mundo del espectáculo. Tras debutar con sólo tres años al lado de su madre en In the Good Old Summertime (1949), se proyectó a fines de los sesenta como revelación adolescente con The Sterile Cuckoo (1969), que le mereció una aclamada nominación al Oscar. Tres años más tarde, el mítico musical de Bob Fosse Cabaret (1972) la consagró con el codiciado premio en el papel de Sally Bowles, una talentosa e irresistible cabaretera del Berlín del nazismo.

Establecida como estrella por derecho propio, la artista triunfó una y otra vez como cantante a nivel internacional en los setenta y los ochenta. Su carrera en el cine, sin embargo, se vio paralelamente estancada por falta de cintas de calidad hasta 1981, cuando Dudley Moore la eligió como protagonista de su célebre comedia Arthur, el soltero de oro (1981).

En las últimas dos décadas, Minnelli se ha dedicado esencialmente a la música y ha actuado en cine sólo de manera ocasional, a menudo en papeles autorrreferenciales. Recordada mundialmente por su interpretación del tema New York, New York (1977), que es el tema central de la película homónima del director Martin Scorsese, en la que compartió cartel con Robert De Niro, Liza Minnelli es hoy un icono viviente de la cultura popular norteamericana.
















Las figuras masculinas


Ellos, los que deslumbraron por sus pasos de baile, su arte de composición, sus dotes artísticas. Un mundo, que pese a ser hoy poco masculino, en los años dorados del musical tenía nombre de hombre.



Fred Astaire


Frederick Austerlitz nació el 10 de mayo de 1899 en Omaha (Nebraska) y desde pequeño fue educado en el baile, de ahí su calidad en las artes escénicas y su elegancia reconocida por otros grandes compañeros de profesión como Gene Kelly.

Astaire actuó por primera vez en Broadway con 18 años. Junto a su hermana, y por aquel entonces, su pareja de baile realizaba números cómicos. Tras el abandono del mundo del espectáculo de su hermana, Astaire firmó un contrato con la RKO y con Gingers Rogers es con quien formaría una de las parejas artísticas más sólidas de la escena. En 1935 filman Sombrero de copa.














Gene Kelly


Gene Kelly nació en Pittsburgh (EE UU) en 1912.
Bailarín, coreógrafo, actor y director de cine estadounidense. Talento polifacético y versátil, la imagen de Gene Kelly aparece indisolublemente unida a algunos de los musicales míticos de Hollywood de los años cincuenta, como Cantando bajo la lluvia, Un día en Nueva York y Un americano en París, de los que él mismo firmó las coreografías, y aun participó como codirector en los dos primeros. Intervino también en otros musicales como Brigadoon (1954), Las girls (1957) y Las señoritas de Rochefort (1966), y en 1956 realizó Invitación a la danza. Su estilo ágil y atlético, combinado con una depurada técnica clásica, revolucionó el concepto de la danza masculina en el campo del musical cinematográfico.














Mickey Rooney


De nombre verdadero Joe Yule, nació en 1922. Actor de cine norteamericano, nacido en Brooklyn (N.Y.), fue el "niño prodigio" de la pantalla estadounidense. Muy expresivo y nada afectado, destacó entre los actores infantiles de su época, que con frecuencia pecaban de relamidos: El refugio, El demonio es un pobre diablo, Capitanes intrépidos, El pequeño lord, La ciudad de los muchachos, El joven Edison, serie de la familia Harvey, etc. Vuelto al cine de mayor, conserva su simpatía arrolladora, aunque no se ha revelado como actor excepcional: The Bridges of Toko-Ri (Los puentes de Toko-Ri, 1955), Breakfast at Tiffany's (Desayuno con diamantes, 1961), The Comic (El cómico, 1969), etc.
Ganó un Oscar especial en 1938. También actuó en musicales, como el Broadway Sugar Babies en 1980.














Bob Fosse


Coreógrafo estadounidense y director de cine y teatro, admirado por su actividad en los musicales de Broadway. Robert Louis Fosse nació en Chicago (Illinois) y después de prepararse para la danza y para la escena, consiguió su primer premio Tony por sus imaginativas secuencias de baile en los musicales Pajama Game (1953) y Damn Yankees (1955). Otros éxitos suyos fueron How to Succeed in Business Without Really Trying (1961), Sweet Charity (1965), Dancin' (1978) y las películas Cabaret (1972), ganadora de varios Oscar de la Academia, y All that jazz (1980), ambas dirigidas por él mismo. Famoso por sus composiciones escenográficas intencionadamente exageradas y su peculiar forma de disponer a los bailarines, las coreografías de Fosse destacaban técnicas estilísticas, como el cruce de tobillos, los golpes de cadera, el balanceo de los hombros y las posturas inclinadas.














Stanley Donen


Nace en Columbia, EE UU, en 1924. Director cinematográfico y coreógrafo estadounidense. Responsable de alguno de los musicales más significativos de la historia del cine. Debutó como bailarín en el musical de Broadway Pal Joey, protagonizado por el gran Gene Kelly. Contratado como coreógrafo por Metro-Goldwyn-Mayer, el productor de musicales Arthur Freed le confió la dirección de Un día en la ciudad (On the Town, 1949), emblemático clásico del género que dirigió junto con Gene Kelly. Juntos volvieron a rodar el que se considera como el musical por excelencia, Cantando bajo la lluvia (Singin' in the Rain, 1952), y Siempre hace buen tiempo (It's Always Fair Weather, 1955), secuela de Un día en la ciudad, en la cual Kelly y Frank Sinatra volvieron a compartir protagonismo.

En solitario, rodó otros tres importantes musicales: Bodas reales (Royal Wedding, 1950), con Fred Astaire; Siete novias para siete hermanos (Seven Brides for Seven Brothers, 1954) y Cara de ángel (Funny Face, 1956), ésta con Fred Astaire y Audrey Hepburn. En su filmografía destacan también la comedia con toques «a lo Hitchcock» Charada (Charade, 1963) y la agridulce visión del matrimonio que ofrece en Dos en la carretera(Two for the Road, 1967). En 1998 recibió un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera.

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