Evolución del cine musical
A lo largo de las décadas, el género musical fue evolucionando y madurando. Desde los años 30 y hasta finales de los 70 osciló continuamente en función de las características económicas y sociales norteamericanas. En esta breve evolución queremos hacer un acercamiento a la historia del género en el que a continuación nos introducimos.
Época Dorada
En 1929 Melodías de Broadway de Harry Beaumont ganaba el Oscar a la Mejor Película, un bautizo de oro con el que Hollywood y la industria abrían sus puertas de par en par a las nuevas películas musicales. En los años 30 el musical se codeaba con el otro gran género de la época, el Cine Negro. Cabe destacar títulos como La Calle 42 (1933) dirigida por Lloyd Bacon o The Go Setter (1937) de Busby Berkeley, uno de los padres del cine musical.
Con la irrupción de Fred Astaire y Ginger Rogers, de la productora RKO, el género alcanzó sus cotas más altas, títulos como Sombrero de Copa (1935) o En Alas de la Danza (1936) son clásicos indiscutibles. En los años 40 apareció otra de las grandes figuras, Gene Kelly. Un nombre estrechamente ligado a este género, en el que dejó una huella imborrable. En sus facetas de actor, bailarín, coreógrafo, productor y director revolucionó el género para siempre. Junto a Stanley Donen nos regaló películas como la inolvidable Un día en Nueva York (1949).
Los 50 contemplaron películas como El Rock de la Cárcel (1957) o El Barrio contra Mí (1958), protagonizadas por Elvis Presley, Alta Sociedad (1956), con Frank Sinatra, Bing Crosby y Grace Kelly, y la inolvidable Cantando Bajo la Lluvia (1952) de nuevo con Gene Kelly, posiblemente el musical más famoso de la historia. Vincente Minelli también se acercó al musical con títulos como Un Americano en París (1951), Melodías de Broadway (1953) y Brigadoon (1954).
La Decadencia de los Musicales
El género comenzó su declive en los años sesenta, a pesar de grandes títulos como West Side Story (1961), My Fair Lady (1964), Sonrisas y Lágrimas (1965) o Hello, Dolly! (1969). Lujosas producciones que no consiguieron mantener el filón de un género que ya no gozaba del respaldo del público. Durante los 70 y 80 el género se convirtió en poco más que marginal, y los musicales pasaron a ser considerados arriesgados y completamente gafes para la industria. Solo las películas de Bob Fosse, Cabaret (1972) y Empieza el Espectáculo (1979), pusieron una nota de calidad en los 70. The Rocky Horror Picture Show añadió un toque de extravagancia en 1975. Alan Parker dirigió durante las décadas de los 80 y 90 algunos títulos interesantes, Fama (1980), Los Commitments (1991) y Evita (1996).
Los recientes éxitos de Moulin Rouge (2001), Chicago (2002) o El Fantasma de la Ópera (2004) han revitalizado un género que llevaba muchos años fuera de los despachos de los grandes estudios.
Su belleza, sus dotes artísticos, su destreza en el baile,... grandes divas irrepetibles adoradas por la cámara.
Se asegura que el mundo del cine de la época era misógino. La mujer era un mero objeto de deseo. El cine clásico dejaba toda la inteligencia y todas las decisiones para el sexo masculino.
Dos años después ya se subía al escenario para representar musicales, llegando a triunfar en Broadway con un musical de Gershwin. Hacia 1930 filma su primera película de cine pero será de la mano de Fred Astaire y sus famosos coreografías de claqué con quienes llegará al clímax de su carrera cinematográfica.
Antes de los 10 años vivió en Holanda hasta que sus padres se separaron en 1939 y se fueron a vivir a Londres. Allí comenzó a estudiar danza y arte dramático en la Marie Rambert School. En esos años la vida se hacía muy difícil por la segunda guerra mundial que se aproximaba, y viajó a Holanda y después a Inglaterra, donde empezó a incursionar como una pequeña modelo.
En 1952 el director William Wyler le ofreció protagonizar una comedia muy buena, Vacaciones en Roma. A partir de ahí su vida cambió: había nacido una nueva estrella del cine. Obtuvo su primer premio, el Oscar a la mejor actriz. Luego hace su primer éxito protagónico en La princesa que quería vivir, de 1953, que supo cointerpretar con Gregory Peck, ambos dirigidos por William Wyler.
A partir de ese maravilloso período comienza a filmar sin parar y a extender su larga trayectoria con varias películas imposibles de olvidar como Desayuno con diamantes (1961) o Sola en la oscuridad (1967), incursionando en un papel más dramático en Historia de una monja (1959), y volviendo a la comedia en Sabrina (1954). Estas cuatro películas estuvieron nominadas al Oscar como mejor actriz. A fines del 50, exactamente en 1958, obtuvo el premio a mejor actriz en el festival de San Sebastián y el Bafta Británico en la misma categoría por Historia de una monja, y más tarde repite este galardón con la película Charada (1963). En 1964, hace sus pinitos con el género musical e interpreta a My fair lady.
Se retira del cine para ocuparse de su dos hijos durante algunos años, regresando con la historia final de Robin Hood, en Robin y Marian (1976), un film dirigido por Richard Lester.
En 1956, los compositores Frederick Loewe y Alan Jay Lerner contratan a Andrews para que protagonice junto a Rex Harrison la versión teatral de la obra de George Bernard Shaw Pygmalion, a la que llamaron 'My fair lady. Esta obra fue un éxito tanto de taquilla como de público, y años después fue llevada al cine, esta vez protagonizada por Audrey Hepburn.
En 1961, los mismo productores vuelven a contratar a Julie Andrews para que protagonice su nueva obra teatral. Esta vez se trata de una adaptación de la leyenda del Rey Arturo, a la que llaman Camelot. La representación vuelve a ser un éxito y empieza a dar fama a la actriz dentro del mundo artístico.
Después de perder el papel en My fair lady, Julie Andrews consigue el papel protagonista en una de las películas que con el tiempo se convertirá en un clásico de la Disney: Mary Poppins. Por su papel en esta película, en la que interpreta a una niñera muy especial que tiene que educar a los dos hijos de un matrimonio londinense, la actriz ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical, el Oscar a la mejor actriz y junto a los otros protagonistas de la película, el Grammy al mejor album para niños en 1965.
Al año siguiente, la actriz volvió a ser candidata al Oscar a la mejor actriz, esta vez por su interpretación de una novicia convertida en institutriz en la película The Sound of Music (conocida en América Latina como "La novicia rebelde" y en España como "Sonrisas y lágrimas"). Ese año el premio se los llevó Julie Christie por su papel en Darling. Pero esta película fue la que la elevó al estrellato dentro de Hollywood. Muestra de ello es que en los dos años siguientes protagonizó Hawaii, junto a Max von Sydow y la película de Alfred Hitchcock Cortina rasgada, junto a Paul Newman.
A partir de ese momento, y después de protagonizar Star! y Darling Lili, comienza un pequeño declive en la carrera cinematográfica de Andrews, a pesar de que todavía aparece an algunas películas dirigidas por su segundo marido, Blake Edwards, como 10, la mujer perfecta, S.O.B., Sois honrados bandidos o ¿Víctor o Victoria?. Es por eso que durante los años 80 y 90, apenas aparezca en películas.
En el año 2000, recibió el título de Dama del Imperio Británico de manos de la reina Isabel II de Inglaterra. Además, posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, concretamente en el 6901 de Hollywood Blvd.
En 2004, presta su voz para el personaje de la Reina Lillian en la película Shrek 2, secuela del gran éxito comercial en 2001.
En 1939 interpreta el papel protagonista de El mago de Oz. Su actuación le valió un Oscar. Desde entonces continuó trabajando en el celuloide y realizando películas juveniles.
Pero el sistema hollywoodiense para mantener a Judy Garland con el aspecto eterno de una niña acabó sumiendo a la actriz en enfermedades y depresiones que casi la llevan al suicidio. Presionada por todo el mundo se hizo adicta a los calmantes. Esta costumbre la siguió manteniendo hasta el resto de sus días. A lo largo de su trayectoria profesional ha intervenido en películas como Los hijos de la farándula, Vencedores o vencidos o Ha nacido una estrella.
Reconocida también por sus dotes cómicas, la actriz hizo gala de ellas en varias de sus películas, y apareció en los cuarenta en comedias musicales como Ziegfeld Follies (1946). Su popularidad como "sirena" de la pantalla se prolongó hasta entrados los cincuenta. Sin embargo, sus esfuerzos por proyectarse en esta década como actriz dramática suscitaron poco entusiasmo entre el público y la crítica, y, a comienzos de los sesenta, se retiró de las películas.
En 1967, contrajo matrimonio con el actor Fernando Lamas.
Establecida como estrella por derecho propio, la artista triunfó una y otra vez como cantante a nivel internacional en los setenta y los ochenta. Su carrera en el cine, sin embargo, se vio paralelamente estancada por falta de cintas de calidad hasta 1981, cuando Dudley Moore la eligió como protagonista de su célebre comedia Arthur, el soltero de oro (1981).
En las últimas dos décadas, Minnelli se ha dedicado esencialmente a la música y ha actuado en cine sólo de manera ocasional, a menudo en papeles autorrreferenciales. Recordada mundialmente por su interpretación del tema New York, New York (1977), que es el tema central de la película homónima del director Martin Scorsese, en la que compartió cartel con Robert De Niro, Liza Minnelli es hoy un icono viviente de la cultura popular norteamericana.
Astaire actuó por primera vez en Broadway con 18 años. Junto a su hermana, y por aquel entonces, su pareja de baile realizaba números cómicos. Tras el abandono del mundo del espectáculo de su hermana, Astaire firmó un contrato con la RKO y con Gingers Rogers es con quien formaría una de las parejas artísticas más sólidas de la escena. En 1935 filman Sombrero de copa.
Bailarín, coreógrafo, actor y director de cine estadounidense. Talento polifacético y versátil, la imagen de Gene Kelly aparece indisolublemente unida a algunos de los musicales míticos de Hollywood de los años cincuenta, como Cantando bajo la lluvia, Un día en Nueva York y Un americano en París, de los que él mismo firmó las coreografías, y aun participó como codirector en los dos primeros. Intervino también en otros musicales como Brigadoon (1954), Las girls (1957) y Las señoritas de Rochefort (1966), y en 1956 realizó Invitación a la danza. Su estilo ágil y atlético, combinado con una depurada técnica clásica, revolucionó el concepto de la danza masculina en el campo del musical cinematográfico.
Ganó un Oscar especial en 1938. También actuó en musicales, como el Broadway Sugar Babies en 1980.
En solitario, rodó otros tres importantes musicales: Bodas reales (Royal Wedding, 1950), con Fred Astaire; Siete novias para siete hermanos (Seven Brides for Seven Brothers, 1954) y Cara de ángel (Funny Face, 1956), ésta con Fred Astaire y Audrey Hepburn. En su filmografía destacan también la comedia con toques «a lo Hitchcock» Charada (Charade, 1963) y la agridulce visión del matrimonio que ofrece en Dos en la carretera(Two for the Road, 1967). En 1998 recibió un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera.
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